Me llamo yamilet miklagroz y soy el resultado de lo que es nacer en una isla caribeña (nací en la Habana, Cuba) con todo lo que eso implica, calles e iglesias coloniales con sus respectivos vitrales coloridos a la luz del sol tropical y olores del puerto. Un lugar mágico, cargado de historias, y lleno de gente abierta. Esa es mi raíz. Estudié en la academia de arte (Cuba). En mi obra, me interesa como camino la espontaneidad, la ejecución pasional y libre, el arte figurativo, las huellas desenfadadas del pincel, eligiendo la línea y el color casi emulados de un vitral para sacralizar la cotidianidad representada, para elevar al grado de sagrado esos pequeños momentos cotidianos donde somos realmente nosotros, sin presiones sociales ni formada, tan simples como la vida misma. Desde el 2000 radico en España, junto mi esposo y mi hijo. ¿Cuándo y por qué empezaste a pintar? Tengo recuerdos de a mis 5 años dibujando sobre cualquier soporte que se me ponía en medio (las paredes de mi casa también fueron parte), posiblemente tenía una necesidad de expresión enorme combinado con un gran mundo interno e imaginación. Mi familia se ocupó de que desarrollara aquella capacidad en diversos talleres de pintura. ¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas? Por regla general los artistas no son muy buenos para divulgar su trabajo, para ofrecer lo, incluso a veces hasta para venderlo. En ese sentido pienso que galería Montesino tiene una relación cercana con los creadores que apoya, y es aún en estos tiempos, de vital importancia. ¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra? Creo que es importante partir del interiorizar, del experimentar sin temores para lograr cierto grado de auto conocimiento, el “por qué hago lo que hago”. Una vez teniendo ese grado de seguridad personal, buscar los espacios y medios que tengan mayor conexión con lo que creas. Por ejemplo, suele pasar que jóvenes artistas desean exponer en galerías de cierto renombre por el tema curricular que les proporciona, o por entrar en cierta élite. En sí a esto no le encuentro nada malo, pero a veces puedes estar perdiendo la oportunidad de que tu obra sea vista por muchas más personas y tener mayor impacto en el espectador siendo expuesta en las salas de una universidad, una institución o a la entrada de un teatro, donde además es mucho más fácil llegar e ir adquiriendo experiencia expositiva. ¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión? Estoy casi seguro que la primera obra vendida fue en Francia...